En sólo un año de existencia una empresa mexicana ya ha colocado 50 brazos biónicos a diferentes pacientes de distintas edades y clases sociales.
Esto fue gracias al ingeniero Luis Armando Bravo Castillo graduado del IPN. Al realizar su tesis para poder terminar su carrera creo un brazo biónico.
La prótesis funciona por medio de señales eléctricas que emite la piel después de realizar contracciones musculares. Así el paciente crea un código que le permite poder mover su brazo.
Luis Armando dijo: "Estamos trabajando en el desarrollo de un programa (software de control) más amigable que pueda utilizarse por aquellos ortopedistas que trabajen con los pacientes candidatos a obtener una prótesis, quienes son en realidad los encargados de mantener un seguimiento de la rehabilitación". Es decir que no tengan que ir hasta Probionics para arreglar un simple problema con la prótesis.
El peso de las más complejas es de 610 y 1,100 gramos, mucho más liviano que las alemanas que lideran el mercado.
Esto es porque está hecha de nylon, aluminio y fibra de carbón, además de acero inoxidable y cobre. Tiene un costo de 50 mil pesos, mientras que en el extranjero cuesta el triple.
La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual con sede en Suiza ya acepto el trámite de Patente Internacional del "Mecanismo de Prótesis Funcional de Mano".
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